16 de agosto de 2012

Prometheus (Ridley Scott)


 [Prometheus, 2012, Ridley Scott]

Después de una larga ausencia actualizo con una película respecto a la cual me posiciono, para bien y para mal, en un punto de vista especial, el de acérrimo aficionado de la saga Alien (sí, incluso la de Fincher me gusta bastante, no la cuarta que ya es pura basura). Ridley Scott, del que tanto se dice que tiene una fama inmerecida y que ciertamente ha firmado verdaderos bodrios, es, pese a quien le pese, autor de dos obras maestras muy mitificadas pero de un talento indiscutible. A nivel personal, además, "Alien" (1979) y "Blade Runner" (1982) marcaron mucho mi juventud cinéfila y son dos de mis títulos de cabecera. La legión de fans de estas películas de culto esperaba ansiosamente el regreso del director británico a la ciencia ficción, género al cual la aportación de Scott es capital y absolutamente clave. En mi caso, debo reconocer que "Prometheus" despertaba más ilusión que expectativas, que eran más bien nulas. Y resulta que la decepción ha sido grande, porque la película es un despropósito con ciertas pretensiones de grandeza cuando habría sido mucho mejor si se hubiera propuesto ser un divertimento menos enrevesado. En realidad, me ha dado rabia porque cualitativamente hablando la película se acerca mucho más de lo que pensaba al original y lo roza con los dedos... pero comete fallos estrepitosos.


                Como es lógico, Scott se tomó el proyecto con mucho mimo e interés, y desde el primer momento quiso poner espacio de por medio entre "Prometheus" y la saga Alien. Y es evidente que en algo busca diferenciarse de su creación original: el filme es muy luminoso en lugar de oscuro; con bellos paisajes estelares, que recuerdan a las imágenes que nos proporcionan los telescopios actuales, y planos generales abiertos en lugar de pasillos claustrofóbicos; muy limpio y con una estética preciosista muy distinta a la atmósfera maloliente y húmeda del carguero Nostromo. Pero al mismo, y aquí está la paradoja, Scott y supongo que más bien sus guionistas, entre los que está el infame creador de “Perdidos”, no pueden evitar hacer copias burdas, directas e innecesarias del clásico de 1979.

El comienzo de "Prometheus" es muy bueno, crea rápidamente una atmósfera de adecuada profundidad a través de la vieja fórmula del hallazgo + inicio de un viaje. Durante la primera hora de película, las referencias a la saga son constantes, pero siendo eso, homenajes, y resultan deliciosos: los acordes del tema de Jerry Goldsmith, los famosos créditos de Saul Bass, los diseños originales de H.R. Giger, y una narración que calca la estructura de acontecimientos de Alien: la presentación de la misión, el elenco de secundarios de la tripulación, los primeros pasos de la expedición hacia la negrura de lo desconocido. Durante los primeros 45 minutos, la sombra de su predecesora no deforma el filme, sino que lo hace apetecible y simpático, sin exageraciones. Hasta que a los pimpollos que firman el guión les da, como no podía ser menos, por abigarrar la cosa. Escenitas de acción gratuita inundan el metraje reventando la lógica interna que hasta entonces se había logrado mantener, descabezan el buen ritmo de la película y hasta el montaje se resiente, dando lugar a momentos de estupefacción máxima que se saltan a la torera el nivel más primerizo y elemental de continuidad, tanto de guión como incluso visual (¡!). El pobre Scott aguanta como puede e incluso la ridícula escena clave de “Prometheus” (descarado intento de copiar el golpe de efecto de "Alien") está dirigida con bastante nervio y eficacia. Pero por desgracia lo peor está por llegar, y es que el tono inicial de homenaje a los clásicos de ciencia-ficción con monstruo se convierte directamente en un insulto al espectador. El acercamiento voluntario a "Alien" y los guiños a sus seguidores quedan una gran burla cuando se rompe esa intuible y bien conseguida conexión entre ambas películas, para dar paso a un final anticlimático que solo es un forzadísimo y chirriante puente con una segunda parte.

Posiblemente “Prometheus” sea mejor que la última de Batman, aunque todo lo bueno que tiene se lo deba a “Alien” y a la benevolencia de los aficionados de la saga como un servidor, que pese a todo nos lo conseguimos pasar relativamente bien. Pero por favor, que nadie quede en evidencia tratando de defender el nombre de Ridley Scott. Ni aunque aquí sea el menor de los culpables, ni aunque posiblemente haya hecho su película más decente en los últimos diez años (¿o incluso veinte?).

Puntuación: 2,5 / 5